SERGEI M. EISENSTEIN (1898-1948)
Nació en Riga, capital de Letonia, incursionó en el teatro y finalmente en el cine. Considerado uno de los grandes teóricos de la cinematografía sobre todo por sus ideas acerca del montaje.
Para Einsenstein una idea se expresaba mediante la colisión o yuxtaposición de dos elementos independientes unos de otros; y así la edición no era solamente la unión de distintos trozos de película, sino el proceso generado por el conflicto entre una imagen y la imagen subsiguiente. A esto añade que las imágenes deberían tener cierta secuencia y composición ("sensaciones violentas") para generar emociones en el espectador. Estas emociones darían como resultado ideas y posteriormente un sentido o significado. En pocas palabras poner 'en movimiento las actividades del pensamiento'.
Finalmente con respecto al guión -o novela cinematográfica según Eisenstein- sugirió que sea una narración sintética con posibilidad de improvisación, ya que esto solo ocupaba la etapa entre la elección de un tema y su realización visual y no representaba a la forma exacta que tendría el material cinematográfico.
Sergei Einsenstein señaló los conflictos peculiares de la forma cinematográfica. Según él, existe un conflicto entre:
-Los objetos (personajes, ambientes, etc) y el ángulo de toma (posición de la cámara con respecto a los objetos).
-Los objetos y su naturaleza espacial (deformaciones e ilusiones ópticas producidas por la perspectiva, el carácter plano de la fotografía, la diferencia angular entre los distintos objetivos).
-Un proceso real y su duración cinematográfica (más lento o acelerado).
-Imagen y Sonido.
Se encuentra más información en sus libros: Técnica y teoría cinematográfica, El sentido del cine, La forma en el cine, Cinematismo y Reflexiones de un cineasta.
EL ACORAZADO POTEMKIN
País: Unión Soviética
Año: 1925
Dirección: Sergei Eisenstein
Asistente de Dirección: Grigori Alexandrov
Cámara: Edward Tisse
Asistentes: A. Antonov / M. Gomorov / A. Levshin / M. Shtraukh
Música: Dmitri Shostokovich
Dirección: Sergei Eisenstein
Asistente de Dirección: Grigori Alexandrov
Cámara: Edward Tisse
Asistentes: A. Antonov / M. Gomorov / A. Levshin / M. Shtraukh
Música: Dmitri Shostokovich
Análisis
Para apreciar con mayor magnitud una obra como esta deberíamos tratar de retroceder en el tiempo. No por que en la actualidad ya no se pueda hacerlo, sino para tener una medida aproximada del alcance que llega a tener para su época.
Desde el principio me gustó como ubica a la historia mediante imágenes, mini-diálogos y especificaciones puntuales. Bueno en ese tiempo no podía ser de otra manera pero en el Acorazado Potemkin resalta su ritmo. También los planos cerrados de distintos elementos y ciertos planos donde juega un papel muy importante la ubicación de los elementos en el cuadro de imagen que le genera un sentido (lenguaje cinematográfico). Unos ejemplos de esto: Toda la secuencia de la carne podrida y la sopa, donde ayuda la gestualidad de los actores y en el momento en el que se desata la pelea en el barco y en el pueblo. La unión de distintos elementos mantiene su acción y en otras partes la corta para retomarla después (Como en la pelea de un operario con un oficial, la siguiente imagen se desplaza hasta el conflicto de multitud en la proa del barco y después de unas tomas vuelve otra vez con el operario y el oficial).
Al verla no pude hacerlo de corrido ya que tenía que detener y volver a ver la escena, por que me encantaba. Esta situación ocurrió sobretodo en los travellings que se dan en la secuencia de la represión de los Casacas al pueblo de Odessa. Es una mezcla de movimiento intenso de imágenes que va de planos generales a primer plano con unos violines que no paran y mantienen un ritmo donde la atención no deja casi ni pestañear. Las escenas de multitud me parecen las mejores de toda la película, seguidas por las de bombardeo y las tomas de ubicación.
El desenlace en el tema argumental no me convenció mucho, pero puede deberse a la falta de conocimiento del contexto. Pero refiriéndome al mismo argumento, la trama que se enreda por un problema de la comida en el barco, es como la gota que derramó el vaso para saltar a una situación que se daba en las primeras revoluciones rusas.
En fin, un buen ejemplo de arte plasmado en la historia.
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