sábado, 24 de enero de 2009

LA EDAD DE ORO (L' AGE D' OR)


País: Francia
Año: 1930
Productora: Films Sonores Tobis Paris
Producción: Charles y Marie-Laure de Noailles
Dirección: Luis Buñuel
Guión: Luis Buñuel / Salvador Dalí
Montaje: Luis Buñuel
Música: Georges Van Parys
Fotografia: Albert Duverger
Escenografía: Schildtnecht
Reparto: Gaston Modot / Lya Lys / Caridad de Laberdesque / Max Ernst / Llorens Artigas / Lionel Salem / Mme Noizet


Análisis

A pesar de ser una película surrealista, en la que parece no existir ninguna idea principal tiene una carga crítica muy concreta. Se puede citar que a una de las cosas que más ataca es a la iglesia católica junto a las convicciones morales y las normas aristocráticas de conducta.

La película técnicamente goza de interesantes planos detalle y una gran diversidad de imágenes y locaciones. El sonido es bueno considerando la época y utiliza ya pequeños diálogos y sonidos de ambiente.

Esta obra tan llamativa, tiene un ritmo un poco acelerado, todo secuencia pasa de inmediato y lo único que se puede hacer es seguir viendo por que la película no deja ni reposar para asimilar las ideas obtenidas. Aunque bien se podría decir que cada secuencia es única, a pesar de que se critique a lo mismo por ejemplo a los aristócratas, en cada una existe una distinta carga de símbolos e ironías con las que se puede crear una visión que llegue a acercarse a la propuesta, que en una película como esta, surrealista, se vuelve más complicado por la infinidad de interpretaciones y combinaciones que se le puede dar a su fondo, como a su forma.

Las imágenes son muy provocadoras y violentas en muchas ocasiones y esto genera atracción por su manera de ser utilizadas y a la vez rechazo, al menos haciendo cuenta de la época en la que se encontraban.

Finalmente la película busca la edad de oro, la edad en la que nadie sufría y la vida era abundancia, lo que acentúa la crítica hacía los tópicos morales y religiosos a los que en particular Buñuel no estaba de acuerdo, ni sus compañeros en la corriente del surrealismo por no permitir que el individuo sea libre de pensar, amar, etc...

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