sábado, 24 de enero de 2009

NOSFERATU


País: Alemania
Año: 1922
Producción: Enrico Dieckmann / Albin Grau
Dirección: F.W. Murnau
Guión: Henrik Galeen (Basado en la novela "Drácula" de Bram Stoker)
Música: (1991) Timothy Howard
Fotografía: Fritz Arno Wagner
Escenografía: Albin Grau
Vestuario: Albin Grau
Reparto: Max Schreck / Gustav von Wangenheim / Greta Schröder / G.H. Schnell / Ruth Landshoff / Gustav Borz / Alexander Granach


Análisis

Es el comienzo de Drácula y los vampiros en el cine. Gran clásico, buena adaptación para las condiciones de la época de una novela larga y compleja. Sorprende por muchos elementos pero en especial me llamó la atención todo lo referente al personaje de Drácula. La interpretación, el maquillaje, el vestuario y su castillo.

Se emplea colores como filtro para separar al día de la noche y a la luz de la oscuridad. Esto también parece ser más con una intención psicológica por la incompatibilidad del mismo tono estando en las mismas condiciones.

La escenografía también tiene gran intencionalidad. Se trabaja con naturalismo en la tranquilidad, en la ciudad y el pueblo en general. Pero se recurre a variadas figuras, formas y sombras para el interior y exterior del castillo y el entorno de Nosferatu, para señalar la locura y el misterio. Esto hace que la película este en las fundadoras del cine expresionista alemán.

También se juega con elementos para dar suspenso, como son las apariciones repentinas, la gestualidad de los actores y el recurso de la elipsis.

Como se decía antes al ser parte del expresionismo, todo elemento tiene la función de llegar a la sensibilidad del espectador, más que en proporcionar naturalidad.

En fin lo cautivante de la película es su intencionalidad en trabajar las atmósferas dando un efecto que aún en la actualidad sorprende por el grado de respuesta que genera.

LA EDAD DE ORO (L' AGE D' OR)


País: Francia
Año: 1930
Productora: Films Sonores Tobis Paris
Producción: Charles y Marie-Laure de Noailles
Dirección: Luis Buñuel
Guión: Luis Buñuel / Salvador Dalí
Montaje: Luis Buñuel
Música: Georges Van Parys
Fotografia: Albert Duverger
Escenografía: Schildtnecht
Reparto: Gaston Modot / Lya Lys / Caridad de Laberdesque / Max Ernst / Llorens Artigas / Lionel Salem / Mme Noizet


Análisis

A pesar de ser una película surrealista, en la que parece no existir ninguna idea principal tiene una carga crítica muy concreta. Se puede citar que a una de las cosas que más ataca es a la iglesia católica junto a las convicciones morales y las normas aristocráticas de conducta.

La película técnicamente goza de interesantes planos detalle y una gran diversidad de imágenes y locaciones. El sonido es bueno considerando la época y utiliza ya pequeños diálogos y sonidos de ambiente.

Esta obra tan llamativa, tiene un ritmo un poco acelerado, todo secuencia pasa de inmediato y lo único que se puede hacer es seguir viendo por que la película no deja ni reposar para asimilar las ideas obtenidas. Aunque bien se podría decir que cada secuencia es única, a pesar de que se critique a lo mismo por ejemplo a los aristócratas, en cada una existe una distinta carga de símbolos e ironías con las que se puede crear una visión que llegue a acercarse a la propuesta, que en una película como esta, surrealista, se vuelve más complicado por la infinidad de interpretaciones y combinaciones que se le puede dar a su fondo, como a su forma.

Las imágenes son muy provocadoras y violentas en muchas ocasiones y esto genera atracción por su manera de ser utilizadas y a la vez rechazo, al menos haciendo cuenta de la época en la que se encontraban.

Finalmente la película busca la edad de oro, la edad en la que nadie sufría y la vida era abundancia, lo que acentúa la crítica hacía los tópicos morales y religiosos a los que en particular Buñuel no estaba de acuerdo, ni sus compañeros en la corriente del surrealismo por no permitir que el individuo sea libre de pensar, amar, etc...

domingo, 4 de enero de 2009

EXPRESIONISMO EN EL CINE

Como en el resto de ramas del expresionismo, en el cine se considera a la corriente que buscaba la expresión de los sentimientos y las emociones del realizador o autor, más que la representación de la realidad objetiva.

El cine expresionista trata de representar la experiencia emocional en su forma más completa, sin preocuparse de la realidad externa sino de su naturaleza interna y de las emociones que despierta en el espectador. Así, los temas se exageran y se distorsionan con el fin de intensificar la comunicación artística.

Se puede decir que el principio del cine expresionista es: Realizador, película y público, tres elementos que deben compartir y sentir la visión interior del primero.


Origen
El expresionismo al haber sido una corriente nacida en Alemania, sirvió para que sean realizadores alemanes los primeros en incursionar en el cine utilizando técnicas pictóricas, escenográficas y teatrales que tenían la carga significativa del expresionismo.

Primeras Películas y Realizadores


Se considera como padre del cine expresionista a la película El Gabinete del Dr. Caligari (1919), del alemán Robert Wiene. En esta película de perspectivas distorsionadas, rostros mascarados y anormalidad en la escenografía se utiliza un simbolismo en chimeneas oblicuas, reminiscencias cubistas, ventanas en forma de flecha, luces e interpretaciones para dar una óptica deformada de la realidad y con una función más psicológica que decorativa.

Junto al Dr. Caligari y a Robert Wiene se encontraban otros realizadores pioneros del cine expresionista alemán como Friedrich Murnau, el austriaco Fritz Lang y Paul Wegener.

Friedrich Murnau debutaba con Nosferatu (1922), una sombría adaptación de la novela Drácula (1897) de Bram Stoker. Posteriormente dirigirá El Último (1924), en la que explora el realismo social sin abandonar los recursos expresionistas.




El otro grande fue Fritz Lang, que después de varias películas se consagraría, aunque no en su tiempo, con Metropolis (1926), donde introduce el recurso expresionista en la arquitectura. Posteriormente, con la llegada del cine sonoro, dirigió M, el Vampiro de Düsseldorf (1931).


Otros

En la cinematografía moderna, sus representantes más significativos como Orson Welles y Andrzej Wajda incorporaron una estética mucho más madura y alejada del exceso de teatralismo.



En español, son importantes los aportes de Edgar Neville, Madrid-España, con La Torre de los siete jorobados (1944), donde hay gran influencia expresionista y en sus decorados trabajó un equipo de alemanes.