En los inicios del cine, el cortometraje, por el tiempo, era el único formato que existía. Con el desarrollo del cine y de las tecnologías, aparecieron películas más largas (largometraje) y el cortometraje quedó como un medio alternativo a la industria cinematográfica.
Pero por este mismo avance tecnológico, sobre todo del video, el cortometraje se ha vuelto una herramienta tan moldeable, que en muchas ocasiones lo único que se necesita es una idea y una cámara. Los programas de edición, ahora de fácil acceso para la mayoría de personas, permiten que un cortometraje este más cercano a la producción audiovisual profesional, sin salir de casa.
Lo anterior no significa que la parte técnica, soluciona todo. El cortometraje también requiere de una gran capacidad de escribir, producir, y dirigir una historia con imágenes, sonidos y silencios en un tiempo limitado y con recursos limitados. Por esta razón el cortometraje debe desde el principio ser un enganche al espectador y jugar con un desenlace inesperado, original y diferente.
Finalmente el cortometraje es considerado como una perfecta carta de presentación y ejercicio práctico para las personas que empiezan a introducirse en el mundo de la producción cinematográfica y audiovisual.
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